El consumo de drogas está presente en las actividades de muchos jóvenes como sinónimo de diversión
Química en el cuerpo
ROSALÍA ROMERO Nombres como MDMA, speed, o ketamina están presentes en el vocabulario de muchos jóvenes para quienes el consumo de drogas es sinónimo de diversión cada fin de semana. Se trata de algunas de una larga lista de drogas que son consumidas en los entornos recreativos. Sin embargo, aunque en los últimos días se oye hablar del estramonio como una sustancia propia del ambiente festivo, ésta no forma parte de estas drogas de uso recrativo.
Así, a pesar de lo ocurrido el pasado domingo 21 de agosto en la celebración de una fiesta rave en Getafe (Madrid) donde fallecieron dos jóvenes de 18 años tras ingerir estramonio y otras drogas en un edificio abandonado, los expertos aseguran que el consumo de esta droga es «absolutamente puntual y nada novedoso», ya que esta sustancia procede de una planta salvaje cuyo cultivo es muy frecuente en los países mediterráneos y que, de forma esporádica, provoca casos de intoxicación.
No obstante, pese al fatídico suceso y a los terribles efectos que puede llegar a provocar a aquellos que lo ingieren, los expertos en drogas consultados por este periódico descartan que en España se esté produciendo un incremento en el consumo de esta planta.
«Esta droga ni es nueva ni está de moda», asegura Claudio Vidal, coordinador local andaluz de Energy Control, quien señala además que los efectos derivados del consumo de este tipo de planta «no son los que se buscan cuando se va de fiesta». «Cuando la gente toma drogas, lo hace para pasárselo bien y potenciar la experiencia de la fiesta». Esto no tiene nada que ver con el potente efecto alucinógeno del estramonio, que puede prolongarse durante uno o incluso dos días. De hecho, extrapolando la situación a Malaga, en el hospital Regional Carlos Haya no constan casos de intoxicación por el consumo de esta planta.
De otro lado, el consumo de speed o sulfato de anfetamina, que siempre ha circulado casi exclusivamente en entornos de consumidores muy específicos, sí ha reflejado en el último año «una mayor presencia en entornos en los que no era habitual». Esto está en consonancia con los últimos datos aportados por el informe La Población Andaluza ante las Drogas X (elaborado por la Junta de Andalucía, en 2008) que muestran aumentos en las prevalencias de consumo en el último año. Se trata de una sustancia que suele presentarse en forma de polvo blanco preparado para su uso intranasal y cuyo precio oscila entre los 20 y 30 euros el gramo.
El Observatorio Andaluz sobre Drogas y Adicciones señala que en 2010 se registró en la provincia de Málaga un total de 2.948 admisiones a tratamiento en los centros ambulatorios de la red para la atención a las drogodependencias y adicciones. Esto supone un descenso de 16 admisiones a tratamiento con respecto al año anterior, siendo ésta la cifra más baja desde el año 2008.
Asimismo, en relación con el número de menores que solicitaron admisión a tratamiento, se observa que los porcentajes que representa cada provincia son similares a los del pasado año, siendo Málaga la segunda en liderar esta lista con 155 menores (cuya media de edad se sitúa en los 16 años), lo que supone un 5,3 por ciento del total de admisiones, por detrás de Jaén (5,9 por ciento).
El mismo estudio detalla que el alcohol sigue siendo la sustancia que más admisiones a tratamiento motiva anualmente. El pasado año en Andalucía descendió levemente el número de admisiones a tratamiento por consumo de esta sustancia, que en los últimos años se encontraba prácticamente estable.
En cuanto a la cocaína, en 2010 se redujo el número de admisiones a tratamiento (con 312 menos que en 2009), siendo esta sustancia la que continúa motivando mayor número de admisiones.
Igualmente, se redujo también a cifra de admisiones a tratamiento motivadas por heroína y rebujao, volviendo así a la tendencia descendente que venía detectándose en las admisiones producidas por estos consumos desde finales de la década de los 80.
«La crisis está provocando un repunte preocupante en el consumo de drogas»
Cristina Martín, psicóloga y coordinadora técnica de tratamiento de Femad. Asegura que la mayoría de los jóvenes que se inician al consumo de drogas tiene una media de edad entre 12 ó 13 años y destaca que, aunque son muchos los factores que influyen en la drogadicción, el nivel de autoestima del paciente es clave en la evolución de la enfermedad.
¿Qué factores pueden influir para que un adolescente empiece a consumir drogas?
Hay muchos factores que influyen a la hora de que una persona se inicie en el consumo de sustancias estupefacientes. Además, un mismo factor puede influir de una forma u otra en función de la persona. Por ejemplo, el hecho de que unos padres estén más pendientes de su hijo puede influir en mayor o menor medida dependiendo, por ejemplo, del nivel de autoestima de la paciente. La drogadicción es resultado de un compendio multifactorial»
¿Cómo afecta la crisis?
Mucho. El factor económico está provocando un repunte preocupante en el consumo de drogas, así como en las personas que delinquen para poder consumir. Las personas reaccionan ante los problemas y la forma en que se manifiesta está reacción es en una recaída. Con motivo de la crisis, se están dejando de atender en algunas ciudades cuestiones sociales e, incluso, se están cerrando centros, lo que disminuye la red asistencial para este tipo de personas y, por tanto, el que éstas puedan recibir una plaza en un centro. En Andalucía, no ha pasado, de momento.
¿Cuándo suele un adolescente pedir ayuda?
Es complicado medir eso, aunque los últimos estudios revelan que la media de edad a la que se inician los jóvenes al consumo de drogas es a los 12 ó 13 años. Así, la mayoría piden ayuda más tarde y, según mi experiencia, esta petición se produce después de que los padres tomen la iniciativa. Además, muchos al poco tiempo tienen medidas judiciales y nopueden seguir manteniendo su adicción.
¿Una persona que reciba tratamiento puede lograr llevar una vida normal?
El que es adicto, lo es para toda la vida y los profesionales que abordan los diferentes tipos de tratamiento saben de que estamos hablando. De este modo, las recaídas forman parte de estos tratamientos, lo que ocurre es que al tratarse las persoans consiguen tomar conciencia de su adicción. Esto sí que hace que lleven una vida más normalizada.
¿Qué actitud deben adoptar los padres que descubren que su hijo consume drogas?
Lo primero es decirles que mantengan la calma. Muchos de los padres que vienen a los centros se ponen nerviosos, algo que puede perjudicar al paciente. Por este motivo, hay que informarles de que lo que le ocurre a su hijo le sucede a muchísimas personas, que no es algo aislado, y sobretodo que tiene solución. Para eso, hace falta ofrecerles mucha información y asesoramiento. Igualmente, a los familiares hay que hacerles partícipes del tratamiento del usuario. Ése es un pilar fundamental.
http://www.laopiniondemalaga.es/sociedad/2011/09/18/quimica-cuerpo/450803.html
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